For Immediate Release: August 22, 2018
Bishop Barry C. Knestout Statement Following U.S. Bishops’ Announcement on a Plan to Involve Laity, Experts, and the Vatican to Resolve and Address “Moral Catastrophe”
On Aug. 16, the President of the United States Conference of Catholic Bishops (USCCB), Cardinal Daniel N. DiNardo of Galveston-Houston, announced a statement detailing initial steps of a plan of action that would involve laity, experts and the Vatican following the recent Pennsylvania Grand Jury Report, released Aug. 14, 2018, and the allegations surrounding Archbishop Theodore McCarrick. In November, the full plan is expected to be presented to all U.S. Bishops when they meet for the general assembly in Baltimore. The following is Bishop Knestout’s statement on the groundwork and proposed goals that have been presented:
“First, I offer my deepest regret and sorrow to all who have been hurt and affected by abuse at the hands of clergy and who may be reliving the trauma of abuse as a result of the details that have come out last week. I am greatly aware that apologies are not enough.
I join my voice along with many others who are calling for authentic and comprehensive reform in light of the crisis our Church is facing. Only through action can we make the changes necessary to help our Church. I fully support the Bishops’ call for a full investigation of questions surrounding Archbishop McCarrick. In addition, I fully support the implementation of steps needed to improve reporting of misconduct and abuse by bishops, and I am also in favor of effective reforms and enhanced procedures to resolve complaints against bishops in a timely, fair and transparent manner. I remain committed to always ensuring the protection of children within the ministry of the Church of Richmond.
While change is urgently needed, the reforms proposed will occur as a result of a process, and its development will require time. Be assured I will be involved with other bishops and lay advisers in the refinement of that plan as it is presented and through discussions at our conference meeting in November.
Here at home, I want you to know that I have read all the messages that have come to my office, and I am aware of your revulsion about what has occurred. I know your patience has worn thin. Yet, I ask for your patience and that you give me the opportunity to review and assess the Diocese of Richmond’s policies and records, as well as the reporting and response to claims that are brought forward. Once I have completed the review and assessment, I will act upon what I learn in a straightforward and transparent way.
I respectfully ask you to please keep our Church in your daily prayers – especially victims of abuse. I also ask you to pray for our priests who serve so nobly and well. I commend us all to the protection of Our Lady of the Immaculate Conception.”
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En Español
Declaración del Obispo Barry C. Knestout después del anuncio de los Obispos de los Estados Unidos sobre un plan para involucrar laicos, expertos y el Vaticano a resolver y abordar la “catástrofe moral”
El 16 de agosto, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), el cardenal Daniel N. DiNardo de Galveston-Houston, anunció una declaración detallando los pasos iniciales de un plan de acción que involucrará a laicos, expertos y al Vaticano después del Gran Reporte del Jurado de Pensilvania, publicado el 14 de agosto de 2018, y las acusaciones alrededor del arzobispo Theodore McCarrick. En noviembre, se espera que el plan completo se presente a todos los obispos de los Estados Unidos cuando se reúnan para la asamblea general en Baltimore. Lo siguiente es la declaración del Mons. Knestout sobre las bases y los objetivos propuestas que se han presentado:
“Primero, ofrezco mi más profundo pesar y dolor a todos los que han sido heridos y afectados por el abuso de manos del clero y los que pueden estar reviviendo el trauma del abuso como resultado de los detalles que han salido esta última semana. Soy muy consciente de que las disculpas no son suficientes.”
Uno mi voz a muchos otros que piden una reforma auténtica e integral a la luz de la crisis que enfrenta nuestra Iglesia. Solo a través de la acción podemos hacer los cambios necesarios para ayudar a nuestra Iglesia. Apoyo totalmente el llamado de los obispos para una investigación completa de las cuestiones que rodean al arzobispo McCarrick. Además, apoyo totalmente la implementación de los pasos necesarios para mejorar la presentación de informes de mala conducta y abuso por parte de obispos, y también estoy a favor de reformas efectivas y procedimientos mejorados para resolver quejas contra obispos de manera oportuna, justa y transparente. Sigo comprometido de siempre asegurar la protección de los niños dentro del ministerio de la Iglesia de Richmond.
Pese a que urgentemente se necesita un cambio, requerirá un tiempo para que ocurran las reformas propuestas y su desarrollo. Tengan la seguridad de que participaré activamente con los otros obispos y los consejeros laicos en los detalles de ese plan tal como se presenta y por medio de las discusiones en nuestra reunión de la conferencia en noviembre.
Aquí en casa, quiero que sepan que he leído todos los mensajes que han llegado a mi oficina, y estoy consciente del horror que sienten sobre lo que ha ocurrido. Sé que su paciencia se ha agotado. Sin embargo, pido su paciencia y que usted me de la oportunidad de revisar y evaluar las políticas y registros de la Diócesis de Richmond, incluyendo la presentación de informes y la respuesta a los reclamos que se presentan. Una vez que haya completado la revisión y evaluación, actuaré de acuerdo a lo aprendido de una manera directa y transparente.
Respetuosamente, les pido que guarden nuestra Iglesia en sus oraciones diarias, especialmente a las víctimas de abuso. Yo también les pido que oren por nuestros sacerdotes que sirven noblemente. Los encomiendo a todos bajo la protección de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción .”
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