Catholic Diocese of Richmond

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La celebración de los 75 años del obispo

El derecho canónico ruega al Mons. Francis X. DiLorenzo que al cumplir sus 75 años el dia 15 de abril, presente su renuncia al Papa Francisco. Esto no quiere decir que el cederá inmediatamente su puesto del 12º Obispo de Richmond, ya que nadie puede predecir exactamente quién será su sucesor o cuándo cederá su silla.

En preparación de la inminente jubilación de Mons. DiLorenzo, un comité de transición diocesano está listo a reaccionar rápidamente cuando se anuncie el nuevo obispo. Normalmente hay un plazo de seis a ocho semanas entre el anuncio formal y la instalación del nuevo obispo que se realizará en la Catedral del Sagrado Corazón.

«Cuando un obispo cumple 75 años de edad, se ruega que mande al Santo Padre su carta de renuncia» explicó Mons. Francis Muench, Vicario Judicial de la Diócesis. A pesar de que la carta usa la palabra «renuncia,» quiere decir que pide permiso de jubilarse del oficio de obispo diocesano. Aun así, la palabra “jubilación” puede ser nebulosa. “Un obispo nunca verdaderamente se jubila en cuanto nunca pierde el estado de obispo,” Mons. Muench explicó.

La carta de Mons. DiLorenzo será dirigida al Santo Padre, pero será enviada a través del Excelentísimo Arzobispo Mons. Christophe Pierre, Nuncio Apostólico a Los Estados Unidos. Sera acompañada por una carta de presentación en la cual Mons. DiLorenzo pide al Nuncio, “Por favor remita la carta adjunta al Santo Padre por la valija diplomática.” Aunque Mons. Pierre no leerá la carta de Mons. DiLorenzo al Santo Padre, pero será consciente del contenido ya que la carta de presentación hará referencia al c. 401§1 que trata la jubilación de un obispo diocesano.

Aunque es probable que el 13º Obispo de Richmond sea nombrado entre seis y ocho meses, pueda ser que el periodo de carencia sea más largo. Cuando el Mons. Paul Loverde, Obispo de Arlington, cumplió 75 años el 3 de septiembre 2015, paso mas de un año antes de anunciar a su sucesor, Mons. Michael Burbidge el 4 de octubre 2016.

Cuando el predecesor de Mons. DiLorenzo, el fallecido Mons. Walter F. Sullivan, cumplió 75 años el 10 de junio 2003, el Santo Padre respondió a su carta de renuncia el 16 de septiembre 2003, nombrando al Card. William Keeler, el entonces Arzobispo de Baltimore, Administrador Apostólico de la Diócesis de Richmond. El Card. Keeler continuó como Arzobispo de Baltimore, y Administrador Apostoólico de la Diócesis de Richmond hasta la instalación de Mons. DiLorenzo el 24 de mayo 2004. El nombramiento fue publicado casi ocho semanas antes.

El nombramiento de un obispo está reservado al Santo Padre como Sumo Pontífice. En esto el Santo Padre depende mucho en el Nuncio Apostólico quien hace recomendaciones a la Congregación para los Obispos.

El proceso para la selección de candidatos para el episcopado se inicia a nivel diocesano y se desarrolla con completa reserva. Uno solo puede hacer especulaciones acerca de los nombres propuestos.

Cada obispo puede proponer al arzobispo de la provincia (la Diócesis de Richmond pertenece a la Provincia de Baltimore) los nombres de los sacerdotes que son considerados idóneos. Los candidatos deben ser de buena fama, insigne por la firmeza de su fe, sabiduría y prudencia. Además, deben tener al menos 35 años, y haber sido ordenado como presbítero por un tiempo no menor a los cinco años y tener la calificación académica adecuada, dijo Mons. Muench.

Luego el arzobispo reenvía al Nuncio Apostólico el nombre y currículum vitae de cada candidato que recibe de los obispos de la provincia. Después de recibir la lista de candidatos de la provincia, corresponde al nuncio investigarlos.

El proceso incluye una amplia consulta, por la cual la lista queda reducida a tres nombre. El nuncio envía en un reporte los tres nombres en orden alfabético – la terna- indicando su preferencia. Este reporte se envía a la Congregación para los Obispos en el Vaticano. La congregación puede seguir la recomendación del nuncio o seleccionar otro nombre de la terna o puede pedir que el nuncio prepare una terna nueva.

El Prefecto (o sea jefe) de la Congregación presenta las recomendaciones al Santo Padre en audiencia privada. Unos días después el Santo Padre comunica su decisión a la Congregación.

La Congregación notifica al Nuncio quien, a su vez, se contacta con el candidato al episcopado y le pide si acepta el nombramiento. Si responde “Sí,” el Nuncio notifica a la Congregación y se establece la fecha de publicación. Si el nombrado no es obispo, hay que arreglar todo para su ordinación al episcopado que precede a la instalación como obispo diocesano. Si el nombrado es obispo ya, la Misa de Instalación se celebra sin la ordenación.

Nadie puede saber con certeza cuando el sucesor de Mons. DiLorenzo será nombrado, pero el designado llegará el día de publicación y los dos obispos tendrán una conferencia de prensa juntos. ¡Esta será la primera oportunidad que tendremos para dar la bienvenida al 13º Obispo de Richmond!