Catholic Diocese of Richmond

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Un Mensaje del Obispo Knestout/La celebración de misas públicas se reanuda en la diócesi de Richmond

15 de mayo 2020

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Con gran alegría nos reuniremos de nuevo en nuestras parroquias para la celebración de la misa dominical, a partir del fin de semana del 23 al 24 de mayo, en esta diócesis, celebramos la Fiesta de la Ascensión.

Estas últimas ocho semanas han sido un tiempo en el que, para usar las palabras del salmista, hemos añorado, sediento y anhelado la Eucaristía. Hemos llegado a apreciar de una manera más profunda lo importante que es para nosotros ser alimentados con el Pan de Vida.

Con el fin de proteger su salud y la de los otros feligreses en la misa, hemos puesto en marcha numerosas medidas de seguridad. Entre ellas están: los feligreses de 3 años en adelante llevarán cubiertas sus caras. Las misas serán programadas con tiempo adicional entre ellas. Practicaremos el distanciamiento social. La comunión será distribuida sólo en forma de pan y sólo por el sacerdote y el diácono.

La página de su parroquia y nuestra página web richmonddiocese.org tienen información adicional de lo que puede esperar al reanudar la celebración de misas públicas.

Esta es la primera fase al regreso de la plena vida sacramental en nuestras parroquias. Tendremos que trabajar juntos mientras nos preparamos para pasar con seguridad a una reapertura gradual.  Por favor, sean pacientes y comprensivos con su clero y personal de la parroquia mientras implementan estas directrices. Su preocupación es proteger la salud de nuestras comunidades de fe mientras celebramos la misa.

Durante este tiempo de transición, quiero agradecerles por apoyar a su parroquia con sus oraciones y contribuciones financieras, y por el compromiso personal que han hecho para crecer en la fe y ser gente de esperanza.

Por favor, reza por aquellos que se han enfermado o que han perdido sus vidas debido al COVID-19. Recen también por nuestros trabajadores de la salud y por todos los que están en primera línea para tratar a los que tienen el coronavirus. Su servicio es un testimonio del Evangelio.

De mientras, pedimos a Dios que nos mantenga a salvo y le agradecemos por su bondad. Invocamos al Espíritu Santo para que nos guíe e inspire durante este tiempo difícil.  Ustedes tengan la seguridad de mis oraciones y por favor manténganme también en las suyas.

 

Suyo en Cristo,

Obispo Knestout