Catholic Diocese of Richmond

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Un Mensaje de Pascua del Obispo Barry C. Knestout 2020

Queridos hermanos y hermanas,

Yo siempre estoy lleno de un tremendo agradecimiento por la tecnología que me permite conectarme directamente con ustedes mientras celebramos esta temporada de Pascua, nuestra temporada de salvación. Pero yo se que para ustedes, así como para mí, no se siente como la Pascua este año.

El aire cálido es invitador y nos recuerda de las señales de nueva vida que se desarrollan ante nuestros ojos – en las flores, los árboles y a través de la belleza de la creación de Dios a todo nuestro alrededor.

Aún así, aquí nos encontramos, en el medio de la orden de “quédese en casa”. Posiblemente nos sentimos un poco olvidados. Confinados. Solos, o hasta Abandonados.

Al reflexionar en estas palabras, hago una pausa para recordar como este momento tan poderoso refleja todas las inseguridades y ansiedades sentidas por los Discípulos durante los días después de la crucifixión de Cristo.

Mientras solo podemos imaginarnos la ansiedad y el temor de los Discípulos, dolorosamente estamos conscientes de nuestro propio temor y ansiedad.

Pero es nuestra fe y lo que celebramos hoy y a lo largo de la temporada de Pascua lo que nos da valor y fortaleza.

Así, que para empezar, damos las gracias por el valor y fortaleza de nuestros proveedores de la salud, nuestras oraciones por aquellos pasando por enfermedad, y por aquellos que han sucumbido al COVID-19. Pedimos por la misericordia del Señor y la intercesión de Nuestra Señora durante este tiempo difícil aquí en casa, en nuestra diócesis, en nuestra nación y en el mundo.

Oramos por aquellos que se sienten aislados en esta temporada de Pascua. Aún Jesús, en un momento, se sintió abandonado en la cruz. Pero como sabemos, Jesús en su misterio Pascual, primero sufrió, luego resucitó de entre los muertos en gloria, para acompañarnos, guiarnos, nunca dejarnos. ¡El siempre está con nosotros!

Durante la Semana de Pascua llenaremos nuestros corazones, si no nuestras bancas, con el poder del Señor Resucitado. Puede que no nos sea posible celebrar como una comunidad como estamos acostumbrados por respeto a la vida humana, pero a través del poder de la tecnología moderna, nosotros podemos aún conectarnos uno con el otro y permitir las Palabras de Esperanza y Ánimo dadas a nosotros por el Espíritu Santo, de no retirarse, pero dar una mano, asegurar, y ofrecer recordatorios que ninguno de nosotros de Fe estamos realmente solos. Estamos espiritualmente unidos como miembros del Cuerpo de Cristo.

Y, como el Cuerpo de Cristo, no seremos vencidos por los retos del COVID-19.

Le pido a Dios les conceda fuerza continua durante este tiempo, que les conceda esperanza y valor por Su presencia en la oración, y les deseo a ustedes y a sus familias la gracia continua a través del Espíritu Santo para crecer más cerca de Dios a través de su Hijo.

Durante este tiempo, rezo por ustedes y sus familias de que permanezcan a salvo de todo mal.

La paz de Dios para ustedes y sus familias. Felices Pascuas.